Consejos para sacar partido a las vacaciones de verano

Haz un parón en tu frenética vida. Cierra los ojos. Respira profundo. Y siente la satisfacción de un trabajo bien hecho. Y ahora…te toca a tí. Date permiso para disfrutar y no te sientas mal si decides gastar tu tiempo en no hacer absolutamente nada…o si decides crear nuevos proyectos incluso en vacaciones. No permitas que te juzguen, ni siquiera tú lo hagas, es tu momento! Disfrútalo con la opción que haga sentirte mejor porque te lo mereces!

Desconecta sabiamente de forma que cuando termines tus vacaciones retomes el trabajo con más fuerza y energía, o incluso que antes de terminar tus vacaciones ya eches de menos volver.

Organiza pero con flexibilidad. El cambio de rutina te obliga a readaptarte y puede crear incertidumbre el no saber concretamente que hacer. Dedica tiempo a pensar qué cosas no has podido llevar a cabo durante el curso y planifica un plan de acción, pero recuerda, siempre con elasticidad, estás de vacaciones.

Cuida la alimentación y el sueño, procura tener una rutina que no altere tu organismo. Ya sabes, hidratarse mucho, tomar varias piezas de fruta al día, no comer comidas pesadas y dormir al menos 8 horas diarias evitando trasnochar.

Fomenta las relaciones sociales y las actividades de ocio. Es un buen momento para retomar amistades que llevas tiempo sin ver. Contacta con ellas y poneros al día. Incluso es tiempo de emprender nuevas aventuras y tener apertura social para intentar ampliar tu círculo. No tengas miedo en qué pensarán los demás, a veces somos nosotros mismos los primeros que nos enjuiciamos no permitiéndonos avanzar.

Tiempo para leer: La lectura es un viaje gratis que alimenta las neuronas de grandes y pequeños: novelas de aventuras, biografías, cuentos… Busca una biblioteca cercana y ¡a elegir! Visitar a familiares y personas necesitadas: Durante el curso, bien por tiempo o por distancias, a veces es difícil visitar a la familia: abuelos, primos, tíos… Además, también pueden hacerse visitas a personas enfermas o más necesitadas. Un voluntariado siempre es enriquecedor.

Disfrutar de pequeñas cosas: El plan perfecto no tiene por qué ser caro o extravagante. Hay que enseñar desde niños a disfrutar con las cosas pequeñas como, por ejemplo, ver una puesta de sol, tomar un helado, etc.

Y por último, y no menos importante, haz balance y proyecto. Dedica tiempo a evaluar el curso pasado, tus acciones, tus pensamientos, tus sentimientos, y reflexiona sobre en qué puedes mejorar. Crea un nuevo proyecto que te permita seguir creciendo personal y laboralmente.

Márcate objetivos concretos y busca alternativas de cómo llevarlos a la acción.

Ánimo y Felices vacaciones a tooodoooss!!!!

Esther Rodríguez Díaz
Psicóloga Sanitaria
Centro Médico Psicosomático