Contextualización
La musicoterapia se enmarca dentro de las llamadas Terapias Creativas o Artísticas. Viene utilizándose desde hace muchos años en el tratamiento de problemas y enfermedades de índole psíquica, física y/o sensorial, convirtiéndola en una de las más importantes herramientas de trabajo en el campo de salud.
Juliette Alvin (Alvin, 1966) la define como “el uso dosificado de la música en el tratamiento, la rehabilitación, la educación y el adiestramiento de adultos y niños que padecen trastornos físicos, mentales y emocionales”. Es una disciplina paramédica que utiliza el sonido, la música y el movimiento, para producir efectos regresivos y abrir canales de comunicación, con el objetivo de emprender a través de ellos el proceso de entrenamiento y recuperación del paciente para la sociedad.
Cualquiera actividad musical por ella misma no es musicoterapia. Para que sea musicoterapia estas actividades deben formar parte de un proceso terapéutico. (Lago Castro, Gento Palacios, & González Fernández, 2012). Los autores del libro la definen como el uso de la música y el movimiento de forma directa, equilibrada y controlada como herramienta terapéutica (Lago Castro, Gento Palacios, & González Fernández, 2012. El complejísimo manejo de los principales parámetros sobre los que sustenta la ciencia y el arte musical (ritmo, melodía, armonía…), además de la búsqueda de mejora y bienestar (terapia), que siempre debe acompañar el tratamiento y el apoyo a la persona que lo necesite, con el fin de cuidar desde la prevención el restablecimiento de su salud, convierten a la musicoterapia en una de las más importantes terapias no farmacológicas actuales.
Pero, cómo la musicoterapia puede ayudar a personas con necesidades y problemas tan dispares, haciendo uso de una misma herramienta como es la música? Cada persona cuenta con su ISO (Identidad Sonora) que nos identifica del resto y el cerebro es muy sensible a la música. La música se presenta como una de las mejores actividades de gimnasia cerebral en un proceso de envejecimiento, por ejemplo, en la pérdida mayor de las funciones asociadas con el hemisferio derecho frente al izquierdo. Es uno de los elementos más completos para la estimulación cognitiva y en la rehabilitación de deterioros más complejos. (Lago Castro, Gento Palacios, & González Fernández, 2012.
En relación a la ISO, debemos señalar que las actitudes agresivas no guardan relación con la música que escucha una persona debido a que las actitudes agresivas tienen su origen en procesos educativos anteriores a la formación de los gustos musicales de nuestros adolescentes. (Lago Castro, Gento Palacios, & González Fernández, 2012)
Utilizar la voz de forma inadecuada puede suponer un problema en el ámbito profesional. Puede llevar al fracaso el discurso de un político o dar poca credibilidad a una noticia de impacto. La voz como primer y más importante instrumento musical, será herramienta de enorme importancia en el trabajo musicoterapéutico e indispensable en nuestra labor clínica. (Lago Castro, Gento Palacios, & González Fernández, 2012)
La música estimula todas las facultades del ser humano: abstracción, razonamiento lógico y matemático, imaginación, memoria, orden, compromiso personal mediante la creatividad, etc. Por ello, el conocimiento musical desde edades muy tempranas permite un desarrollo más global de la persona. De hecho, los homínidos recurrieron a la música y al arte para expresar matices que difícilmente cabían en la lógica digital de ceros y unos.
Un ejemplo de los beneficios que trae consigo la música como herramienta terapéutica, podemos observarlo en un paciente con Alzheimer que es capaz de disfrutar del recuerdo momentáneo de diferentes pasajes de su vida, o comunicarse con su esposa únicamente mientras baila con ella. Solo en estos breves pero intensos momentos, es capaz de hablarle mientras hablaban juntos. . (Lago Castro, Gento Palacios, & González Fernández, 2012)
Musicoterapia en consulta.
En musicoterapia es muy importante ocuparse en conocer el ritmo interno/individualizado de las personas con las que trabajemos. Todos tenemos nuestro propio ritmo, nuestro propio tempo, y en un trabajo en el que se busca el cambio y la mejora física, psíquica y sensorial de nuestros pacientes, será fundamental que el experto conozca de antemano las características y peculiaridades de las personas. El objetivo de los esquemas rítmicos es realizar de manera sencilla y casi espontánea, pequeñas improvisaciones y fórmulas expresivas que diferentes partes del cuerpo puedan realizar sin necesidad de intelectualizar su contenido.
En nuestro trabajo seguimos el proceso siguiente: descubrir el ritmo interno de cada una de las personas con las que trabajamos, realizar diferentes propuestas de ritmos libres, proponer pequeñas fórmulas de esquemas rítmicos (cortos y sencillos), combinar el ritmo y la palabra, añadir propuestas rítmicas con instrumentos naturales (corporales: palmas de las manos, chasquidos de los dedos, piernas, pies, etc.)
Identidad Sonora |
En nuestro trabajo seguimos el proceso siguiente: descubrir el ritmo interno de cada una de las personas con las que trabajamos, realizar diferentes propuestas de ritmos libres, proponer pequeñas fórmulas de esquemas rítmicos (cortos y sencillos), combinar el ritmo y la palabra, añadir propuestas rítmicas con instrumentos naturales (corporales: palmas de las manos, chasquidos de los dedos, piernas, pies, etc.) Posteriormente, introducimos el trabajo con instrumentos de pequeña percusión (panderos, claves, crótalos, etc.). Crear pequeños juegos rítmicos con determinadas reglas. (Lago Castro, Gento Palacios, & González Fernández, 2012).
La melodía nos invita al canto individual y/o colectivo y nos permite recordar nuestros orígenes culturales y sociales. También a recuperar la memoria individual o colectiva a través de los instrumentos musicales de técnicas más o menos sofisticadas, de grupos de notas que colocados de una determinada manera dan forma y pensamiento sonoro a una idea, a unas raíces, y a una tradición cultural, etc.
El hombre es ritmo, es movimiento y expresión, y todo ello está íntimamente unido a lo que conocemos como música. Cuando algunas de estas facultades están dañadas o aparece una inhibición consciente o inconsciente entre las personas con las que trabajamos en musicoterapia, nuestro objetivo prioritario, y tras un estudio y diagnóstico pormenorizado de su situación, será ayudarle en la recuperación de capacidad natural para moverse, para responder corporalmente a determinados estímulos, para rescatar sus reflejos perdidos u olvidados, para reconocerse a sí mismo.
Manifestar una sensación, una emoción a través de un gesto, y que los demás lo sepan interpretar, y en muchos casos compartir, será buena parte del trabajo realizado a través de este importante bloque de contenidos musicales.
Nuestro objetivo prioritario es buscar un medio eficaz que proporcione a nuestros pacientes, o a las personas con las que trabajemos en musicoterapia, un medio directo y personal de expresarse y comunicarse con los demás de forma distinta a la habitual.
La terapia musical puede emplear todo tipo de instrumentos y recursos que contribuyan a la terapia, como:
- Instrumentos naturales: entre estos se pueden catalogar los de percusión corporal y la voz
- Instrumentos convencionales; piano, guitarra y flauta
- Instrumentos de percusión no corporal
- Instrumentos artesanales, que son los que elaboran los pacientes
- Instrumentos terapéuticos (cuencos tibetanos, cuencos de cuarzo)
- Instrumentos electrónicos
- Material discográfico
- Material de psicomotricidad; como colchonetas y cuñas.
Posibles ejercicios
A continuación exponemos uno de los ejercicios utilizados en Musicoterapia a modo de ejemplo:
(«Musicoterapia: Los secretos sanadores de la terapia musical», 2017)
Ejercicio # 1:
Edad: adulto / adulto mayor / de cuidados paliativos
Área de meta: Social, cognitivo, conexión emocional, discusión personal y de grupo, estimular los recuerdos y la autoexpresión.
Nombre de la actividad: ¿Qué recuerdo emocional te trae?
Objetivo: Estimular la relación a través de la discusión de temas que se provocan después de escuchar algunas canciones.
Materiales: Una variedad de canciones sobre temas relevantes con las necesidades, habilidades, experiencias y edad del grupo en particular.
Método: Presentar una variedad de canciones al grupo. Preguntarles que es lo que les gustaría escuchar y cantar. Finalmente hablar de sus sentimientos, eventos, recuerdos, etc,…. que evocaron las canciones.
Javier Patón Redondo
Referencias bibliográficas
– Alvin, J. (1966). Music Therapy. Basic Books
– Lago Castro, P., Gento Palacios, S., & González Fernández, R. (2012). La Musicoterapia en el tratamiento educativo de la diversidad (1st ed.). Madrid: UNED.
– Musicoterapia: Los secretos sanadores de la terapia musical. (2017). Medicinanatural-alternativa by vibrasalud.com. Retrieved 10 May 2017, from http://medicinanatural-alternativa.com/musicoterapia/